Vivimos rodeados de “cosas” que consumimos, disfrutamos,
observamos; algunas de ellas son objetos resultados de procesos de producción
de diverso grado de complejidad, también denominados “productos manufacturados”,
y si bien en muchos casos no son propiamente productos hechos a mano, siempre
existe un componente de producción en el que intervinieron seres humanos. Hay otros productos a los que denominamos “naturales”,
sin advertir que en realidad éstos también son resultado de largos y complejos
procesos de producción, almacenamiento, transporte, comercialización, hasta
llegar a nuestro mundo cotidiano o a los mercados globales.