El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Hay actos que se consumen en su propia realizacion: comprar el diario, tomar cafe, preguntar una dirección; nada mas se desprende de su rutinaria banalidad. Fumar, en cambio es algo irreductible a la transacción mediante la cual adquirimos una cajetilla o a la gimnasia manual con la que encendemos un cigarro. Fumar, nos dice Klein, es una forma de expresión, una postura ante la vida y, cada día más, una consigna política
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