Todos nos creemos nuestras propias mentiras para evitar el
dolor es humano. El problema Esas mentiras que al principio
fueron escudos contra el sufrimiento se convierten en nuestro
mayor enemigo. Nos decimos que somos malos en lugar de
reconocer que una persona nos hizo dano nos convencemos de
que las cosas mejoraran en lugar de enfrentar un matrimonio
que se desmorona nos sacrificamos en vez de expresar lo que
realmente queremos. Qué pasa si lo que está mal en nosotros
apunta a lo que en realidad está bien Si dejamos de correr y le
hacemos frente a lo que siempre hemos temido
El terapeuta Jon Frederickson nos ayuda a responder estas
preguntas mediante casos tratados por él en terapia, historias
de personas reales para quienes enfrentar la verdad se volvió el
único camino hacia un cambio real y duradero