Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Una tribu es cualquier grupo de personas, muchas o pocas, conectadas unas a otras, a un líder y a una idea. Durante millones de años el ser humano ha formado parte de tribus, bien sea por sus creencias, etnia, ideas políticas o incluso por sus gustos musicales. Forma parte de la naturaleza humana. Ahora que Internet ha eliminado las barreras geográficas, temporales y económicas, los blogs y las redes sociales están ayudando a que las tribus crezcan y se reproduzcan. Grupos de millones de personas unidas por su afición al iPhone, su apoyo a Obama o su preocupación por el medio ambiente. ¿Quién va a liderar todas estas tribus? La web puede hacer cosas asombrosas pero no puede proveer de liderazgo a las masas que se forman día tras día. Es todavía una tarea que nos atañe a nosotros. Cualquiera que quiera a día de hoy ser un líder, goza de las herramientas para serlo, tiene en sus manos la capacidad de serlo.