Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Las recientes investigaciones, cuyos resultados se ofrecen en este libro, nos permiten suponer que los antiguos pobladores de Teotihuacan tuvieron una calidad de vida satisfactoria, pese a que los estudios tradicionales no los consideran así. Amplias y bien construidas unidades habitacionales albergaban a familias de cinco o seis miembros; los complejos departamentales donde se hallaban les permitían la realización de actividades de culto, descanso y trabajo, y el acceso a fuentes acuíferas propició el abastecimiento de recursos suficientes para una buena nutrición. En general, las evidencias reflejan un éxito biológico en el desarrollo, crecimiento y adaptación al medio de los individuos, por lo que se puede decir que las condiciones de salud fueron buenas.
Este estudio se circunscribe a la población teotihuacana que vivió en la periferia (sector oeste) durante el periodo cultural clásico y se aborda desde la perspectiva de la antropología física y la arqueología, así como mediante el análisis biocultural como guía metodológica. Con la apuesta a que futuros estudios refuercen o refuten los resultados que aquí se presenta, queda esta obra como un aporte para los estudiosos de Teotihuacan y para aquellos interesados en las dinámicas de salud de los distintos grupos humanos a través del tiempo.