Blaise Pascal (1623-1662) hombre de su tiempo, concilió el estilo del pensamiento directo con el arte de una retorica persuasiva, que empleaba a un tiempo la paradoja, el asombro y la sorpresa. Esta caracterÃstica estarÃa presente por igual en los dos objetos de su estudio: las ciencias fÃsicas y la antropológica cristiana.
Esperan al lector de este libro varias sorpresas. El famoso luchador que por décadas electrizó a sus seguidores en la Arena Coliseo pasó de manera natural a otros escenarios de la cultura popular: fue actor de varias películas, héroe de historietas, protagonista en la televisión y hasta un ocasional torero. Le gustaba el béisbol, amó a su mujer y adoró a sus hijos, fue devoto de la Virgen. En un curiosísimo reportaje que el lector encontrará en estas páginas, El Santo aparece en su vida cotidiana: una sucesión de pequeños actos que serían convencionales si no fueran ejecutados por un enmascarado que no prescinde de la máscara (su rostro verdadero, su identidad) ni para lavarse los dientes. Algo muy poderoso irradiaba aquel personaje que pudo quizá provocar sobre todo en sus películas de vampiros o de extraterrestres la burla sarcástica de los estratos de la alta cultura, pero a quien el pueblo amó con ingenuidad, sencillez y sinceridad.Enrique Krauze