Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El legado de grandes artistas mexicanos en diversos impresos de la primera mitad del siglo XX ha quedado plasmado en esta obra que conforma una selección de las mejores ilustraciones que acompañan a libros, revistas y carteles publicados en nuestro país de 1920 a 1950. Por su propuesta estética, didáctica o de propaganda política, se muestran libros en defensa de la Revolución, cuentos para niños, ensayos de orientación socialista y literatura de ficción, en convivencia con una gran variedad de revistas que oscilan entre la vanguardia y la edificación de una nueva visión de México y los mexicanos. Destacan imágenes de Diego Rivera, Ramón Alva de la Canal, Jean Charlot, Miguel Covarrubias, el Dr. Atl, Carlos Mérida, Gabriel Fernández Ledesma y Leopoldo Méndez, entre otros. Con más de trescientas ilustraciones, incluye textos de especialistas en el tema, como Juan Manuel Bonet, Mercurio López Casillas, Dafne Cruz y Marina Garone, quienes abordan la relación entre México y las vanguardias artísticas, la estética socialista, la literatura infantil, el diseño gráfico y la cartografía del México posrevolucionario.