Pese a su edad, Violeta es consciente de la palabra futuro no ha fraguado aún en su hogar: su padre bebe demasiado, frustrado por no tener la vida soñada años atrás, y su madre continúa soportando los cambiantes estados de humor de su marido, que muchas veces descarga su ira en forma de palizas sobre ella.¿Será futuro algo más que una palabra?