Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Tal vez Payno como biógrafo había suscrito esta línea de la estadounidense Margaret Millar (1915, p. 94): la vida es algo que te sucede mientras haces otros planes.
Y quizás añadiría que: la vida es lo que te ocurre mientras esquirlas de otras vidas jalan tu atención para que tu pluma las rescate, al tiempo en que, sin proponértelo, con hechos redactas parte de tu propia trayectoria sobre este mundo.
"En un día del hombre están los días del tiempo." Jorge Luis Borges