Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La hondura y belleza de la obra poética y ensayística de Octavio Paz, colmada de ideas que suscitaron la atención de millares de lectores en México y en el mundo, convirtieron a su autor en una figura pública de extraordinaria relevancia durante la segunda mitad de su vida. Así lo prueban la vasta bibliohemerografía en torno de sus escritos y la considerable cantidad de imágenes de su persona en revistas y diarios de numerosos países. Sin embargo, si bien no la rehuía, Octavio Paz no era un hombre ávido de fama. No lo embriagaba la vanidad. Quería ser leído, sí, pero no le preocupaba ser "conocido". Sabía que la fama es una especie de confusión y que la poesía impone estrictas responsabilidades morales "ése es, en buena parte, el tema de "Un aprendizaje difícil", uno de los poemas que integran ¿Águila o sol?"Por ello no aceptaba con facilidad ser fotografiado, y más allá de las imágenes que inevitablemente captaban los reporteros gráficos en actos públicos, solía rechazar las solicitudes que le hacían los fotógrafos algunos muy connotados. En realidad, Paz accedió a ser retratado muy pocas veces.Este libro conjunta una buena parte de las fotografías que él consintió o en las que se reconocía, realizadas por varios de los más distinguidos fotógrafos mexicanos y por su inseparable compañera, Marie-José, a quien, como señala Rafael Vargas en el texto introductorio, le debemos el "testimonio de una gran cantidad de encuentros y momentos importantes en la vida del poeta".Ésta es la primera vez que se reúne en un libro un número tan amplio de fotografías de Octavio Paz (más de sesenta), entre las cuales se cuentan algunas inéditas, y varias secuencias que nunca antes se habían publicado de manera conjunta.