Altamirano, quien ejerció casi sin pausa la profesión de las letras, no fue un poeta constante. Su trato con la poesá sólo se produjo, con asiduidad, de su juventud a su etapa inicial de la madurez, durante dieciséis o diesicieta años. Luego, aunque no cesó por completo, se volvió sumamente esporádico.El grueso de la obra poética de Altamirano consta de un solo volumen de no muchas páginas, que es el titulado Rimas, los poemas que lo integran habían sido publicados en diversas fechas anteriores en periódicos de la capital y de provincia.Quedaron sin recoger los libros algunos otros, que ahora procuraremos rescatar, aunque la empresa no siempre ha tenido buen éxito. En todo caso, no bastarían esas composiciones para formar un tomo de tamaño semejante al de las rimas.
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