"Después de haber hecho una antología temática sobre el amor (De lejos viene, de lejos va llegando, 1999) y otra sobre el mar (Puerto Bagdad, 2003), casi por curiosidad quise reunir los poemas que he escrito sobre el vino y la embriaguez. No me esperaba el centenar de páginas que he compilado aquí, dado que sólo bebo algunas copas de vino cuando el menú lo amerita; de modo que descubrí que éste ha sido uno de mis temas. Nietzsche hablaba de la embriaguez y del sueño como de las expresiones respectivas de dos impulsos básicos de la naturaleza, que él personificaba en las figuras de los dioses griegos Dioniso y Apolo; veía el estado último de embriaguez como el sentimiento de unión con el todo, con el Uno primordial --tal como lo describe--, en tanto que el sueño aparecía como vehículo de la visión. Siguiendo acaso estas huellas, la embriaguez de este libro, que en absoluto descarta como un posible detonador vinos, licores y otras hierbas, no se detiene allí, pues va también en busca de los estados internos de la embriaguez suscitada por la contemplación de la naturaleza y la meditación en el propio ser interior, que es donde se refleja con más intensidad la energía divina que subyace a todo lo que existe, según mi percepción. Los poemas compilados aquí pertenecen a libros que se publicaron a lo largo de tres décadas, de modo que reflejan diversos estilos y objetos de interés poético". Las palabras de Elsa Cross, autora de la presente antología, que aluden al tema dominante en el libro y sus matices y resaltan su importancia --la compilación de poemas que la autora escribió en torno a un tema a lo largo de 30 años, la oportunidad de apreciar los cambios en su poesía para con ello hacernos una idea de los diferentes rumbos que ésta ha tomado-- son un argumento suficiente que justifica su lectura.