Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
El emperador de China ha dado una orden: encontrar al ruiseñor que, por su bello canto, es conocido más allá de las tierras que domina. El gobernante disfrutará el trino del ave hasta que llegue otra artificial, ornamentada con oro y piedras preciosas, y la muerte se postre al pie de cama.