Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En marzo de 1978, las Brigadas Rojas secuestraron al politico democristiano Aldo Moro y, en mayo de ese mismo ano, lo asesinaron, conmocionando a toda Italia. Leonardo Sciascia, por entonces diputado del Partido Radical, participo en la comision parlamentaria que investigo los hechos, y, en agosto de 1978, «en caliente», escribio El caso Moro. Mientras que politicos y periodistas afirmaban, cobardemente, que las cartas escritas por Moro desde el cautiverio eran obra de un loco o fruto de la coaccion, Sciascia las interpreto con rigor y perspicacia. A partir de unas palabras de su amigo Pasolini