Los protagonistas de Largas filas de gente rara comparten la fantasía de alcanzar la gloria a partir del proceso creativo, pero no del oficio en sí: falsos autores de obras literarias, pirómanos, escritores que se inician, editores. Es ese otro lado del creador: sus miedos, la fragilidad y el desencanto por la vida, lo bueno y lo perverso, la parte más humana del escritor.