Una noche. Deseada (Edición dedicada) Primer volumen de la trilogía Una noche
Olivia lo siente nada más entra en la cafetería. Es absolutamente imponente, con una mirada azul tan penetrante que casi se distrae al tomar nota de su pedido. Cuando se marcha, cree que no lo volverá a ver jamás, hasta que descubre la nota que le ha dejado en la servilleta, firmada «M».Todo lo que él quiere es una noche para adorarla. Sin resentimientos, sin compromiso, sólo placer sin límites. Olivia y Miller. Miller y Olivia. Opuestos como el día y la noche, y aún así tan necesarios el uno para el otro. Él es distante, desagradable y misterioso: sabe siempre lo que quiere y la quiere a ella. Ella es dulce y atenta, una mujer joven de hoy en día que se hace a sí misma y debe encontrar las respuestas a los interrogantes de la vida y de las relaciones a medida que los vive. Quiere ser feliz y amada, pero cuando Miller entra en su vida se da cuenta de que ha perdido el control sobre sí misma y sucumbe a la pasión desenfrenada que nace entre ellos dos. ¿Debe escuchar a su corazón o a la razón?Jodi Ellen Malpas te hechizó con Seducción, te dejó sin aliento con Obsesión y te dejó con ganas de más con Confesión. Con la trilogía UNA NOCHE, te preguntarás: ¿qué sucede cuando amas a quien no te conviene? Lectura a flor de piel, nervios y excitación constantes. ¡Jesse ya tiene rival!
El presente volumen pretende rendir
homenaje al arte y al ingenio de Oscar Wilde,
dos palabras irremediablemente unidas
a su nombre, a su estética y a su vida.
A este fin se ha llevado a cabo una amplia selección
de sus frases, opiniones y ocurrencias más brillantes,
entresacándolas de sus obras de teatro, cuentos, ensayos,
correspondencia, y de los testimonios orales
que sus contertulios u ocasionales oyentes
han legado a la posteridad. Así pues, el lector
no debe buscar en este libro una radiografía
del pensamiento de Oscar Wilde, oculto siempre
tras la máscara, sino la brillante superficie
donde aflora vivo el arte del ingenio.
Los genios... siempre están hablando de sí mismos,
cuando lo que yo quiero es que piensen en mí.
Los elogios me vuelven humilde, pero cuando
me insultan sé que he tocado el cielo.
Es triste. La mitad del mundo no cree en Dios,
la otra mitad no cree en mí.