Este ensayo estudia una de las piezas fundamentales en la construcción histórica de una teoría estética materialista en la década de 1930: el par que conforman los textos de Walter Benjamin sobre la reproductibilidad técnica de la obra de arte y la práctica cultural como producción. Plantea la íntima relación que el trabajo de Benjamin (estudiado académicamente de manera habitualmente aislada de las derivas militantes que le son contemporáneas) mantiene en ese periodo con planteamientos de ruptura de otros autores politizados como Bertolt Brecht y Sergei Tretiakov, y hace resonar esos prototipos históricos en las nuevas articulaciones que el arte, la política, el activismo y la comunicación de masas adoptan en el actual ciclo de movimientos aún en curso.