Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Thomas y Astrid viven junto a sus dos hijos en un pueblo acogedor de Suiza. Una noche, mientras toman una copa de vino en el jardín, uno de los niños reclama su atención, por lo que Astrid entra en la casa para atenderlo, convencida de que su marido la seguirá en unos momentos. No obstante, Thomas se levanta y, tras vacilar un instante, abre la verja y se marcha. Sin las ataduras del día a día la familia, las amistades, el trabajo, Thomas emprende una ruta a pie por la montaña, expuesto por primera vez al implacable invierno alpino. En casa, Astrid se pregunta primero dónde habrá ido, después cuándo volverá y, finalmente, si aún está vivo.