Quede claro para posibles lectores despistados que este no es un manual práctico sobre yoga, ni tampoco un bienintencionado libro de autoayuda. Es la narración en primera persona y sin ningún tipo de tapujo de la profunda depresión con tendencias suicidas que llevó al autor a ser hospitalizado, diagnosticado de trastorno bipolar y tratado durante cuatro meses. Es asimismo un libro sobre una crisis de pareja, sobre la ruptura afectiva y sus consecuencias. Y sobre el terrorismo islamista y el drama de los refugiados. Y sí, en cierto modo también sobre el yoga, que el escritor practica desde hace veinte años.