Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
Al universo indígena, atractivo y complejo, que encontraron los conquistadores españoles a su llegada a las costas de Veracruz en 1519, se le ha llamado Mesoamérica. En él vivían y convivían un sinfín de sociedades que participaban de una sola tradición cultural, resultado de milenios de historia compartida.Geográficamente, el área mesoamericana ocupó el centro y sur de lo que ahora es México y una porción considerable de Centroamérica. Todo este territorio se ha dividido en regiones: Altiplano Central, Occidente, Costa del Golfo, Oaxaca y Zona Maya.Los españoles cerraron el ciclo de arte y la historia prehispánicos; en 1521 conquistaron el Altiplano Central y hacia 1550 dominaron las otras zonas de Mesoamérica, hechos de los cuales surgió una cultura híbrida, con interesantes combinaciones de las dos tradiciones en contacto, la europea y la indígena.Debieron pasar más de 400 años para que el arte prehispánico fuera verdaderamente valorado y admirado. Si en un tiempo sus creaciones fueron consideradas "obras dictadas por el demonio" o "artesanías curiosas de indios ignorantes", ahora vemos que el concepto escultórico mesoamericano ha influido en importantes creadores de talla universal; la fuerza del arte, en este caso de la escultura prehispánica, sigue viva a través de ellos.