Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Un verdadero sitio de honor ocupa Lascas en la poesía líricamexicana. Salvador Díaz Mirón (1853-1928) lo llamó "mi único libro AUTÉNTICO" cuando salió de la imprenta de 1901, y con el tiempo -y en buena medida con el concurso de sus propios y sorprendentes dones- quedó en realidad como el ÚNICO libro del poeta más polémico y admirado de su tiempo. Hay en Lascas una felicidad muy particular. Por un lado, es completo y redondo, atributos infrecuentes en los libros de poesía; y por otro, en sus páginas quedan algunos de los poemas más acertados que registra la experiencialiteraria en México: piezas en las que su elevado riesgo técnico se funde con una musicalidad honda, seductora, leve e incluyente, y en las que viven al parecer intactas la pasión y los desplantes sentimentales, íntimos y carnales de un Díaz Mirón siempre vigente y necesario.