Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Gerardo Cornejo sorprende ahora a los lectores con sus Microbios de luz, donde se aventura por senderos no transitados en sus obras anteriores. En efecto, se trata de relatos emparentados con los sueños, situados en los territorios oníricos que surgen de la intuición más que del intelecto. Asimismo, la obra cobra su peculiar unidad al intercalarse entre los relatos que la vertebran minificciones lúdicas, recurso que vuelve su lectura verdaderamente gozosa.