Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Un muro de cráneos: el trabajo de un artista que erige su obra apartar de la muerte.Este es el proyecto más reciente del escultor Manuel Marín, calaveras esculpidas en metal, papel y madera reproducciones libres que parten de la configuración humana e invitan a reflexionar sobre la vida y la muerte.Eduardo Matos Moctezuma, Luis Ignacio Sáinz y el propio Marín alternan textos con las imágenes de este libro a manera de eco de las culturas prehispánicas y su concepción del mundo.El artista toma el Tzompantli con su historia, su carga simbólica y religiosa, y le otorga algo propio: una estética particular con la que arma cientos de piezas únicas que asumen la tradición de los antiguos mexicanos y le confieren un impulso renovado.