Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Un recorrido sin par por un territorio que atañe a la relación entre palabra y el cuerpo, teoría y experiencia, arte y sufrimiento. Mediante una minuciosa aproximación a las obras del artista chino posconceptual Song Dong y la poetisa y cineasta Egipto-francesa Saffa Fathy, Marcela Quiroz Luna tematiza incisivamente tres ámbitos en un registro que es a la vez autobiográfico: la teoría y crítica de arte contemporáneo, el testimonio en sus dimensiones filosófica y literaria, y los estudios críticos de la discapacidad. Herida que es pensamiento que es herida.