Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
En este libro, Estela, con un conocimiento implícito, logra exponer libremente su opinión sobre las distintas formas de crear el teatro. Pasa de la reseña a la entrevista, de la entrevista a la crítica, de ahí al ensayo para después aventurarse a estructurar sus afanes como creadora. Sin dejar de lado sus afectos, sus avenencias y desavenencias, logramos percibir su infatigable humor y el gran eco de su risa.
Ya afianzada en su experiencia como observadora profesional, en franco reto, conforma con sus textos una crítica más definida e inquietante; sus aficiones por la originalidad y el desafío en el espacio se manifiestan en sus preferencias y en exaltaciones muy señaladas. Es palpable que la irreverencia, las concepciones temáticas fuertes y las miradas que transforman el espacio la atraen sobremanera, y logra hacer un discurso coherente, lógico y sintético de las obras y coreografías que para los legos serían indescifrables.
Sólo una mirada y un entrenamiento tan agudo de la crítica pueden movernos a la discusión. Este Una mirada al teatro en México (2000-2010) tendría que ser un texto obligado no sólo para el periodismo cultural o para los que hacemos el teatro, sino una memoria viva de los que nos sentimos parte de este territorio llamado México.