Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Desde la segunda mitad del siglo pasado, caligrafías, placazos, graffiti y murales devinieron elementos importantes como recursos expresivos de los jóvenes y se sumaron a la añeja comlpicidad de calles y paredes con demandas obreras, campesinas, estudiantiles y de grupos políticos que buscaban mejores condiciones de vida y mejores mundos para vivir.