Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Como suele pasar en cada una de las novelas de César Aíra, genuino raro del continente, al mismo tiempo que una ficción divertidísima. Entre los indios es una sutil meditación que no entorpece el relat. En este caso Aíra piensa sobre la naturaleza del deseo y cómo éste se trenza con la inteligencia, con el mal y con el miedo. Una noche en la panpa, el diablo decide aparecérseles a los indios. Su aparición, piensa, habrá de causar pánico. Pero al parecer, como este diablo es otro, muy diferente al que según el refranero acumula saberes con el tiempo, comete un error de cálculo. No ha tomado en cuenta que la noche elegida es de banquete. Los hombres y las mujeres han comido y bebido tanto, se hallan tan ahítos y agotados, que ya no están para ver nada y menos aún para huir.