Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Lytton Strachey fue el crítico literario por excelencia del final de la época victoriana; Virginia Woolf ya había escrito cuatro de sus grandes novelas (El cuarto de Jacob, La señora Dalloway, Orlando y Al faro); y ambos brillaban con luz propia en el muy exigente Círculo de Bloomsbury. A lo largo de veinticinco años, mediante la correspondencia que reúne este volumen, juzgaron con agudeza sus propias obras y las ajenas, se elogiaron y trituraron, contaron anécdotas mordaces, se burlaron de las extravagancias que ellos no habían cometido y examinaron a sus ilustres amigos con miradas que oscilan entre el cariño y la crueldad.