Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Spinoza afirmaba que nadie puede saber lo que puede un cuerpo. Ana García Bergua se pregunta, en cambio, qué es lo que puede un fantasma. Qué puede cuando abandona un cuerpo pero sigue necesitando comunicarse con quienes sí lo tienen, qué sucede si sigue queriendo moverse por la ciudad en la que vivía, qué consecuencias produce su intento de transmitir sus afectos; en suma, qué pasa con su deseo ése es el fuego que arde en Fuego 20. En el Distrito Federal a principios de la década de 1980, dos historias corren al paralelo. La de Saturnina, una muchacha ingenua y convencional pero que un día decide llamarse Ángela para poder meterse a curiosear en Fuego 20, una mansión del Pedregal que está en venta. Con esta travesura, Saturnina suspende sus temores y sus prejuicios y se convierte en Ángela, una joven atrevida, trepadora y falaz. En contrapunto a esta historia sorprendente y entretenidísima, vamos sabiendo de Arturo, quien ha venido de Xalapa a la capital para estudiar Medicina pero abandonado su carrera. Cuando lo conocemos su vida consiste en sacar sangre en un laboratorio, pero su rutina cambia y se complica cuando sospecha que su amigo Rubén puede estar entre las víctimas del incendio de la Cineteca Nacional. Por los días de la nacionalización de la banca, Saturnina y Arturo se encuentran. Pero su encuentro no sucede de la manera en que las comedias románticas nos han habituado a esperar. Antes y después, las sorpresas se suceden sin pausa