Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Este libro muy bien podría llamarse Diario de un bebedor. A condición que se agregue en seguida que se trata del diario trepidante y lleno de sorpresas de un escritor a quien entusiasma la música, la poesía y el eterno misterio de la mujer. He aquí el triángulo irresistible que invita a las delicias del corto-circuito, dados los vínculos secretos que existen como todo mundo sabe entre la música la poesía y el portento inefable de la femineidad.