Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Una novela de amor en tiempos de guerra
Hay dos sensaciones que siempre se recuerdan a lo largo de la vida: la primera vez que la persona amada sostiene tu mano y la primera vez en que un bebé recién nacido te toma de un dedo. En esos precisos momentos quedas unido al otro por el resto de la eternidad.
En la Praga de los años treinta, los sueños de Josef y Lenka se hacen añicos ante la inminente invasión nazi. Décadas más tarde, a miles de kilómetros de distancia, en Nueva York, dos extraños se reconocen a través de una mirada. El destino les otorga a los amantes una nueva oportunidad.
Desde la comodidad y el glamour de la bulliciosa Praga antes de la ocupación, hasta los horrores del nazismo que parecían devorar a Europa entera, Los amantes de Praga revela el poder del primer amor, la resistencia del espíritu humano y la fuerza de la memoria.