Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Este libro a ratos desternillante finge ser un ataque contra la lectura y en realidad es un elogio de los libros y las gentes del libro y los lectores. Está escrito con finísima ironía, y nos cuenta, por ejemplo, que los que leen se vuelven feos, miopes y calvos y que ese vicio les conduce los abismos de la pedantería, la misantropía, el esnobismo, y la locura. Todo ello con una pasmosa erudición. Manuel Rivas escribió sobre este libro, cuando salió en francés Creo que se debería traducir y distribuir gratuitamente el libro de Pierre Ménard. Porque finalmente es un genial elogio de la lectura.