Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
¿Quién mató a Erich Maria Pistauer una noche de otoño de 1942, a la salida de una fiesta que congregaba a artistas y políticos y militares, a judios alemanes y presuntos agentes nazis, a dos obesas hermanas cantanes de boleros y a otros personajes que con frecuencia resultan más extravagantes cuanto mas banales son? ¿y por qué, treinta años más tarde, nadie parece interesado en aclarar los hechos, a pesar de que hubo dos heridos más aquella noche misteriosa, uno de los cuales murió meses después y el otroquedó tullido y furibundo para siempre? Miguel del Solar, un historiador de la Universidad de Bristol, emprende la tarea detectivesca de desentrañar un enigma que parece revelar mucho no sólo sobre su propia infancia, sino también sobre un México pintoresco y cosmopolita, aquel de los pintores, los políticos, los generales y las mujeres célebres, aquel México donde se refugiaban republicanos españoles, surrealistas franceses, comunistas alemanes. Trotsky y sus allegados y el Rey de Rumania y los restos de su corte: el México del avilacamachismo y de la “Unidad Nacional”.