Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Amos Oz creció en una Jerusalén devastada por la guerra, y fue testigo desde temprana edad de las tóxicas consecuencias del fanatismo. Este volumen recoge tres ensayos concisos y poderosos en los que el prestigioso autor ofrece una visión única de la verdadera naturaleza del extremismo y propone un acercamiento respetuoso y razonado a la resolución del conflicto palestino israelí. También incluye una esclarecedora reflexión sobre los Acuerdos de Ginebra y una larga entrevista en la que se abordan algunos temas espinosos, como la retirada de Gaza, la muerte de Arafat o la guerra de Irak. El último texto que recoge esta nueva edición es una lúcida conferencia del autor en los Países Bajos. La brillantez y la ironía de Oz consiguen iluminar los rincones más oscuros de este asunto, insuflándole nuevos aires al argumentar que el eterno enfrentamiento no es una guerra de religiones ni de culturas, sino más bien una disputa financiera que se resolverá mediante un duro compromiso por ambas partes. Fresco, perspicaz e inspirador, Contra el fanatismo se erige como una obra lúcida, racional y constructiva, la viva encarnación del realismo y del optimismo a partes iguales.