El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
En el Principito de Saint-Exupery deja plasmada su crítica a una sociedad humana que ha perdido el rumbo y, en contraste, presenta a un niño que simboliza la visión infantil desde la que se observa el sentido del mundo adulto.