Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
¿Cómo sería México si Victoriano Huerta hubiera fracasado en el golpe de Estado que comenzó el 9 de febrero de 1913? La Historia nos habría ahorrado, cuando menos, el horror del millón de muertos de la Revolución mexicana. Escrita por Francisco L. Urquizo (1891-1969) a los 74 años, La Ciudadela quedó atrás rescata con inusual lucidez, neutralidad y rigor, los hechos de la Decena Trágica, observados de primerísima mano por el autor en su juventud.Clásico del tono menor, memoriosa epopeya íntima de unos días que habría sido mejor que no hubieran pasado, La Ciudadela quedó atrás es el nervioso testimonio de un joven soldado que medio siglo después del asesinato del presidente Madero sigue sin poder creer lo vio y escuchó. La hora más trágica de un país es también, en muchas ocasiones, la que produce su mejor literatura.