Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Los habitantes de la ciudad de México están desapareciendo poco a poco. Lagartijas, aves y canes invaden las calles de la ciudad. Un terrible diluvio ha hecho renacer los lagos del Valle de México. En medio de todo ello Andrés, un estudiante de historia, despierta para darse cuenta del estado de cosas: de la civilización sólo quedan los objetos; los pocos habitantes que quedan realizan sus actividades cotidianas tratando de ignorar el hecho de que están solos y que, quizá, al siguiente minuto desaparezcan.La obra es un análisis de las consecuencias que pueden afectar a la ciudad, ya que el futuro del planeta está en juego. Es también una narración aderezada de humor y nostalgia, una trama fantástica sobre la soledad y el alienamiento de las grandes manchas urbanas.