Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
El perfil de Justo Sierra como escritor se conoce principalmente por los libros que publicó sobre educación e historia, y por las antologías poéticas que hizo y en las que participó. Pero se le conoce poco como periodista y menos aun por sus artículos y ensayos, publicados en los principales periódicos. Como reflejo de la agitada vida crítica del México de entonces, éstos van que de la literatura a temas cotidianos; de la crítica histórica a la prosa poética; de las discusiones polémicas con otras figuras de su tiempo al ensayo histórico, indigenista o social. Colaboró en El Monitor Republicano, El Renacimiento, El Domingo, El Siglo XIX, La Tribuna, La Libertad, El Federalista. En este volumen, se encuentran los perfiles más singulares y la prosa más ensayística del Maestro de América; vemos su otra faceta: lector curioso, polemista, francófilo mexicano que juzga la historia de Francia y la de su propio país con la misma severidad. Con un repertorio amplio de temas y acercamientos críticos, esta antología intenta acercar al lector, en un volumen pertinentemente anotado, los ensayos y artículos de Justo Sierra cuyo estilo y prosa influirían de manera rotunda en la siguiente generación. En Alfonso Reyes, por ejemplo. Destacan "Los descamisados", sobre los prejuicios de la época hacia los pobres; "Robespierre y el doctor Barreda", una polémica donde Sierra rebate a don Gabino su visión del Terror; "México social y político", resumen de sus inconformidades sociales y primera búsqueda de lo mexicano.