Partiendo de un ojo que ve un huevo, el sol, los genitales del toro, Bataille nos introduce en el temor atávico al miedo del placer y nos lo revela, asimismo, como un planteamiento repetitivo del contenido erótico, repulsivo con sus lindes sociales con lo prohibido y el mal. Es una novela abierta a una interrogación que se desata invariable y obsesiva, acerca de los excesos sexuales.