Cleo está triste. Siempre tiene que ir
deprisa para tomar el bus, y en el colegio
muchas veces se siente sola. Por eso,
va en busca de un lugar distinto, un lugar en
el que vence a monstruos marinos y en el que
las nubes saben a nata. Solo su gato puede
acompañarla o eso es lo que Cleo cree.