Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Juan de Alba es un poeta que ha sido casi completamente ignorado hasta el día de hoy. Todavía más: parece voluntariamente marginado no obstante que puede considerársele uno de los más innovadores del siglo XX. En tanto que explorador de la poesía y de la escritura, en él se da naturalmente la búsqueda, así como la experiencia del descubrimiento, en convivencia con un intenso conflicto interior.Desde muy joven, Juan de Alba -nacido en San Luis Potosí en 1910 y fallecido en Puebla en 1973- se entregó con fervor a la escritura incesante, tanto de prosa como de poesía. Fue especialmente la segunda a la que dedicó lo mejor de su ánimo creativo, rebosante siempre de inquietudes y de experimentos lingüisticos. El resultado es una obra de búsqueda interior; una poesía de la existencia, del asombro ante los descubrimientos propios.Se dice en el prólogo a este libro "Su poesía, buena parte de la publicada y mucha de la inédita, resulta de una extraordinaria vitalidad: neologismos, inusitadas combinaciones métricas, rimas peculiares, puntuación sui géneris, sabiduría acentual y un afortunadísimo tono de racionalidad y pasión que su imaginación verbal logra armonizar".