Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Enzensberger, como antaño hiciera Montaigne, reflexiona sobre los grandes temas en la corta distancia y el resultado es extraordinario: veinte ensayos breves que son veinte pequeñas obras maestras.
El reto de esta panoplia de ensayos, es tratar asuntos de gran envergadura en textos breves. Siguiendo la máxima de Michel de Montaigne que reza que lo recomendable es no escribir libros con un único enfoque, Enzensberger escribe estos veinte ensayos que brincan desde el humor burlón hasta el máximo rigor académico y que pretenden resolver lo irresoluble, desmontar el mito de lo cotidiano y buscarle los tres pies al gato. Este libro es un mapa de pensamientos de Enzensberger. Dos decenas de destellos de inteligencia que deslumbran al lector y le ayudan a entender el mundo desde un punto de vista clarividente y privilegiado, con algo de sorna y mucho sentido del humor.