Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
HAMLET, la obra más conocida de Shakespeare, es en realidad una pieza llena de lagunas e indefiniciones. Una obra enigmática y misteriosa, en la que cada personaje es un artista de la simulación. El propio Hamlet es un ser en continua transformación. En él caben la ceremoniosidad, la cortesía y la reflexión, junto a la pasión, la burla, el enigma o la posibilidad de la locura. En el castillo de El señor, en un ambiente que emana corrupción y desconfianza, claustrofóbico y hostil, se alternan escenas solemnes y reveses irónicos, al tiempo que se agita una corte de personajes cuyo sentido último será llevar a Hamlet a vencer su tensión interna y cumplir la venganza por la muerte de su padre. El magnífico estudio de Ángel-Luis Pujante que precede su traducción analiza el carácter incoherente e incierto de la tragedia y sitúa el atractivo de una obra tan compleja y rica en ese halo de misterio que suscita la duda, requiere la meditación y que la ha convertido en uno de los grandes mitos de Occidente.