El presente breviario compara dos conceptos radicalmente opuestos de la moralidad, los de Aristóteles y Spinoza, ambas las más plausibles de todas las filosofÃas morales. Examina la relación entre intuiciones morales y teorÃa moral, y las ideas contrastantes de normalidad moral y conversión moral.
La música sin palabras no es, como a veces se ha dicho,
música arreligiosa desde un principio, idónea, en el mejor de los casos, como sucedáneo
de la religión. No: sin necesidad de
palabras, la música puede enunciar cosas importantes, y desde los tiempos de
Bach y del clasicismo vienés apenas parece haber límites a sus modalidades
expresivas. Es más: por obra de su poder
emocional, de su expresividad y de su hermosura sensual y espiritual
incomparables, la música saber dar testimonio de un barrunto en torno a algo “enteramente
otro” y suscitarlo asimismo en otros. Y
por consiguiente, esa música puede hablar sin palabras desde el “corazón” y al “corazón”,
de suerte que, si no cualquier persona, al menos el creyente discernirá en ella
más que lo propio del mundo interior. No
en vano hablamos entonces a menudo de “armonías de las esferas”, “melodías
celestiales”, “belleza supraterrena” y hasta “significado místico”.
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