Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La vida del abogado de pobres Firmian Stanislaus Siebenkäs sólo puede contarse en un estilo cómico, especialmente desde que contrae matrimonio con la modista Lanette Egelkraut. A su enlace acude su amigo más íntimo, Heinrich Leibgeber, con el que comparte, además de una fuerte identificación personal, un asombroso parecido físico. Infelizmente casado, Siebenkäs va a consultar a su amigo, Leibgeber, que, en realidad, es su alter ego, o doble fantasma (Doppelgänger una palabra intentada por Jean Paul). Leibgeber convence Siebenkäs para fingir su propia muerte, a fin de comenzar una nueva vida. Siebenkäs toma el consejo de su alter ego, y pronto conoce a la bella Natalie. Los dos, protagonista y doble, se enamoran, y empiezan el camino hacia esa boda después de la muerte a que se alude en el título.