Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En el Zoológico, la acción se desarrolla en los últimos días de la caída de Berlín, en abril de 1945. Mediante una brillante metáfora, Grossman describe los efectos del fascismo en la vida de Alemania desde la perspectiva del anciano que cuida a los animales exhibidos en el zoológico y pone en evidencia la pérdida de las más elementales formas de libertad, el entronizamiento de la mentira y la conducta ovejuna a la que fueron sometidos los ciudadanos de la Alemania nazi.