Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Hay en cada poema de José Emilio Pacheco una clara voluntad de imaginar el lenguaje y el mundo por medio de una reflexión moral sobre nuestra condición: sus textos consiguen levantar mecanismos cristalinos a través de los cuales podemos ver, sentir y pensar la realidad circundante. En El silencio de la luna (1994) vemos a uno de nuestros mayores poetas en plena madurez creativa.