Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
En El trabajo de las almas, Hugo Diego Blanco cuestiona la existencia de su
propia autoría al presentar historias dentro de historias en un juego de
espejos donde lo único cierto es la presencia tangible del texto. Su intención es
definir exacta de lo que es el “el libro “: para ello recurre a múltiples lectores,
ya sea reales o ficticios, históricos o literarios, junto con infinidad de
relatos leyendas y sucesos: pero sus resultados no son ni serán concluyentes
que es el mismo reconoce que el libro es más bien un reflejo, la imagen múltiple
de lecturas y relecturas. De esta manera El trabajo de las Almas realiza un
recorrido hacia la historia de la palabra escrita, un viaje que simplemente
deja al descubierto la necesidad ancestral del hombre por obtener compañía a través
del conocimiento.