Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Llegar a Conrad -nos dice Sergio Pitol en la introducción a este libro- marca uno de los momentos decisivos que puede conocer el lector cultivado.Llegar a El corazón de las tinieblas es una de las grandes experiencias de cualquier lector. Junto a Henry James, Conrad revolucionó la novela del siglo XX y abrió caminos narrativos hasta ese momento inéditos. Sergio Pitol, traductor de esta imprescindible obra, ha escrito que la relectura es la verdadera lectura: cuando el lector se abisma hacia el corazón de estas oscuras tinieblas, el alma humana, la selva, las pasiones corrompidas, el colonialismo, la locura, el mar y todo aquello que cada lector encuentre se verá obligado a regresar a este relato una y otra vez.Marlow, uno de los narradores de esta historia, va en busca de Kurtz, un hombre que a partir del negocio del marfil encontró en el Congo su perturbado sino. En una línea, aquel narrador nos pone frente al protagonista: "Toda Europa participó en la educación de Kurtz". En una frase tan contundente, el lector podrá también encontrar aquí una metáfora del mundo occidental.Con El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad logró una de las obras más profundas sobre el espíritu humano.