El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Cerca de medianoche, Mari se toma un café en un restaurante. En una habitación, Eri se ha sumido en una dulce inconsciencia; el televisor cobra vida y empieza a distinguirse en la pantalla una imagen turbadora. Lo más inquietante: el televisor no está enchufado... Desde una distancia variable, como una cámara versátil, Murakami recorre esceneario habitados por personajes solitarios, reproducen encuentros accidentales que más parecen desencuentros y capta una amenazadora pero difusa sensación de peligro que todo lo impregna.